Ahora que los veo, no se sabe si son perros, gatos, o mi amigo Fortunato, porque tienes hasta patas de burro. Pero me encantaban, uno era de cada hermano. El mío era el del centro (creo). Por dentro son de plástico, y por fuera de pelo como el de los muñecos de feria. Fijaros que de tan viejos que son, el que tiene la cabeza blanca, ya es gris.
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